Jugar es una actividad que se ha dado a lo largo de la historia, en todas las sociedades y culturas.
Los niños juegan, mientras lo hacen aprenden sin darse cuenta el mundo que les rodea. Los niños al jugar no solo se divierten tal y como lo hacemos los adultos, si no que desarrollan su capacidad de aprendizaje; mientras juegan crecen psicológicamente y asimilan paulatinamente el funcionamiento de la sociedad a la que pertenecen.
El desarrollo cultural, social y científico ha hecho que seamos conscientes de la importancia del juego para el desarrollo de la psicología de los niños. Se ha evolucionado mucho para modificar y adaptar los juegos y juguetes a las diferentes etapas de crecimiento de los niños, por lo tanto, que los adultos en general y los padres en particular conozcan, se interesen e impliquen en los juegos de sus hijos que es una cuestión muy importante.
A medida que los niños crecen, van desentrañando y comprendiendo el funcionamiento del mundo que les rodea y las reglas por las que se rige.
Nuestros pequeños emplean el juego como una de las herramientas que les ayuda a descifrar el mundo y adaptarse a él, aunque esto en ocasiones resulte un proceso complicado. Los niños cuando juegan expresan su mundo interior enlazándolo con el que les rodea, se sirven de disfraces y simulan diferentes personajes y situaciones que han vivido o que son habituales para asimilar los diferentes roles sociales, las diferentes profesiones, esto les permite descubrir las posibilidades que la sociedad y el mundo adulto les ofrece.
Así como el desarrollo y el aprendizaje de los niños pasan por diferentes etapas a lo largo de la infancia, los juegos y los juguetes deben cambiar también, evolucionando y adaptándose a medida que crecen y madura la inteligencia de los niños.
Jugar no es solo una cosa de niños, es un proceso igual de importante que aprender en clase o aprender a asearse solos.
La ayuda de los padres es imprescindible en el aprendizaje informal, pero lo es de igual manera en el ámbito de los juegos, los padres deben estimular la creatividad de los niños, compartir sus juegos y marcarles las pautas para que vayan conociendo las reglas de los diferentes juegos según avance el desarrollo de los niños.
El tiempo que los niños pasan jugando con otros niños es igual de importante que el que pasan jugando con los adultos, fundamentalmente con sus padres. Los padres deben saber entrar en el mundo de sus hijos. Los padres también tienen la oportunidad de aprender muchas cosas durante el tiempo que pasen jugando con sus hijos.
Observarles mientras juegan, les permite aprender a relacionarse con ellos, hasta entenderlos, a saber que les gusta o no y cual es su estado de animo en cada momento.
El tiempo del juego es un momento ideal para que los niños conozcan cosas nuevas, ya que el ambiente ludico favorece el aprendizaje de los más pequeños.
Resumen.
Jugar es una actividad fundamental en el desarrollo psicológico de los niños.
Los juegos permiten a los niños expresarse, conocer y relacionarse con el mundo que les rodea.
Los padres deben proporcionarles aquellos juguetes que mejor se adecuen a las necesidades en cada etapa.
Los padres deben participar activamente en los juegos de sus hijos.
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